¿Qué puedo decir de José Matas Crespo que resulte moderado y sin excesos? Su prosa es una delicia, sus relatos, la mayoría encadenados, resultan subyugantes y enigmáticos. Escueto, sin desperdicio, como, según los cánones, se ha de contar un relato. Sus personajes, siempre titubeantes, humanos, son el fiel reflejo de lo que manifiesta nuestra sociedad. Y aquí lo dejo, porque ante un autor de esta talla no se puede ser moderado y los elogios me traicionan. Traicionan mi admiración.

Sus personajes, siempre titubeantes, humanos, son el fiel reflejo de lo que manifiesta nuestra sociedad.

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